miércoles, 29 de abril de 2015

Reflexiones alrededor de "Disidentes" en "Islas en la red"



Disidentes
por Daniel Bellón

Disidentes. Antología de poetas críticos españoles 1990-2014, es una nueva antología de poesía española de las últimas décadas en la que tengo el honor de que se hayan visto recogidos unos cuantos poemas escritos por mí. Se trata de un verdadero libro omnibus, de casi 500 páginas, que recoge material de, desde venerables poetas como Jesús Lizano, a autores de la nueva hornada, organizado por Alberto García Teresa, investigador, activista y escritor él mismo. La selección gira sobre el eje, tan complicado, de lo que en la presentación de la obra se denomina “de todas aquellas voces que han hecho del verso una expresión de disidencia y antagonismo de una forma constante o en amplios tramos de su trayectoria”. No sé, la escritura poética en estos tiempos es una disidencia en sí misma, como actividad ajena o marginal de lo que llamaríamos “el mercado” y no sé si esa condición de habitar los márgenes nos resulta grata o una desgracia (Hace poco en una red social escuché/lei a un poeta de marcado activismo político envidiar el tupido tejido de becas y ayudas existentes para los poetas en… los Estados Unidos de América, habitualmente financiadas por potentes empresas privadas). Desde esa ubicación en los márgenes, el mero hecho de escribir poesía supone un acto de resistencia o disidencia frente al modo de vida capitalista en el que vivimos,en el que todo lo que hacemos es o puede ser objeto de compraventa (incluido lo que “somos”, o qué otra cosa es el tráfico de datos personales y de la trazabilidad de nuestra navegación por internet) y, por tanto, una crítica al mismo. Entiendo que la etiqueta “crítico”, por la que en una ocasión, a cuenta de la publicación de “Once poetas críticos en la poesía española reciente” me preguntó el poeta Antonio Jiménez Paz, tiene que ver con la opción del o la poeta de que el /los conflictos que social (y, por tanto, personalmente) nos desgarran, aparezcan apalabrados y en condición protagonista, de una manera u otra en los poemas, y lo de “de una manera u otra” no es retórica, porque en la propia presentación se enumera la enorme variedad de técnicas, perspectivas y aproximaciones a la escritura del poema, pueden encontrarse en esta “área crítica” que atiende la antología. Lo que, claro está, dificulta una definición no tautológica.
Personalmente, en lo que a la poesía se refiere, siempre he mantenido que ésta es capaz de cantarlo todo, incluido el conflicto social y económico, y que cada cual sabe qué y a quien canta; cada cual escoge sus temas y tengo entre mis más cercanos amigos a poetas con una larga tradición activista que no aparece, al menos a simple vista, reflejada en sus poemas. Puede decírseme que esas elecciones o esos silencios no son inocentes, y no digo yo que pudieran no serlo, pero a las finales estamos hablando de poesía que como vía de ascenso o medro social, qué quieren que les diga… y sí trato de ser expresamente disidente en la medida de los posible de cánones, contracánones y consensos que deriven en lo que en El poeta en la ciudad digital (cuya segunda edición digital corregida está a puntito de salir en Cartonera Island, ya les contaré) llamé la “escritura formularia”. La escritura formularia, en nombre de lo que sea, puede producir poemas… pero no esa partícula tan escasa y traicionera que llamamos poesía.
Y, por lo demás, un verdadero honor compartir páginas con poetas a los que admiro y sigo desde hace mucho tiempo, algunos de los cuales incluso puedo considerar mis amigos y amigas. Sus poemas son razón más que sobrada para que adquieran el libro ya, del verbo ya, como suele decir mi amiga Eva.


Fuente original y debate en los comentarios: http://islasenlared.net/2015/03/11/disidentes/

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